Mi historia y amor por la docencia comienza desde muy pequeña, pero sobre todo en la Secundaria al observar en particular a dos docentes que marcaron mi rumbo y mi futuro estilo de enseñanza.

Así que para cumplir mi sueño de ser maestra, en verano de 2001 tomé inicialmente un diplomado en la Escuela Normal Superior "Profr. José E. Medrano R." lo que me dio un panorama general de la pedagogía.

Ese mismo año le dieron la plaza de maestro de Telesecundaria a mi marido y nos fuimos a la comunidad de San Juan Nepomuceno, Guadalupe y Calvo.

Ahí fue donde conocí el subsistema de Telesecundaria y mi aprecio por él.

En primavera de 2004 comencé a estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad de Navojoa. Fue un gran reto, puesto que debía viajar 12 horas para llegar a la Universidad y estudiar todos las vacaciones de primavera y de verano

En marzo de 2006, me dieron mi primer interinato en la comunidad de La Catedral, Guadalupe y Calvo. Fueron 3 meses que marcaron mi inicio como docente de Telesecundaria y donde me metí de lleno día y noche para conocer mejor y dominar los libros del Programa Nacional de Educación 2001.

Al terminar ese interinato cubrí otro en la comunidad de Ejido Progreso en Cuautémoc, Chihuahua, donde fue la única vez que fui maestra unitaria. Esto marcó mi carrera, porque me encontraba sola en una comunidad desconocida, pero me fortalecía la calidez de los estudiantes, que en ningún momento de dejaron desprotegida. Me tocó entregar papelería de fin de ciclo y hacer una graduación en grande.

En octubre de 2006, me otorgan mi plaza definitiva de docente de Telesecundaria en la comunidad de Calabazas, Guadalupe y Calvo. Una fortaleza que tuve fue que mi marido y yo trabajábamos juntos y estudiábamos en la misma escuela.

Ahí tomé una excelente capacitación para conocer los libros del Plan de Estudios 2006.

En agosto de 2007 me dieron cambio de adscripción a la comunidad de Hueleyvo, Guachochi, donde laboré en una escuela de nueva creación y al no contar con aulas suficientes, debíamos trabajar en aulas provisionales de madera que en temporada invernal se colaba la nieve por las rendijas de la pared.