1El Rincón del Artesano era una pequeña tienda ubicada en el corazón del casco antiguo de la ciudad. Su propietario, Don Manuel, un hombre de 65 años, se resistía a la tecnología.

Para él, la esencia de su negocio residía en la atención personalizada y el trato cercano con sus clientes. La tienda era un refugio del pasado, donde el tiempo parecía haberse detenido.

Un día, su nieta Ana, estudiante de marketing, le propuso darle un giro al negocio utilizando las TIC. Al principio, Don Manuel se mostró reacio, pero la insistencia de Ana y la evidencia del éxito de otras tiendas que habían integrado la tecnología lo convencieron de dar el paso.

Ana comenzó por crear una página web para la tienda, donde se podían encontrar fotos de los productos, información sobre los artesanos y la historia del negocio. También creó perfiles en redes sociales para interactuar con los clientes, compartir novedades y ofrecer promociones exclusivas