Érase una vez una familia de gatitos, la mamá se llama Milka y tiene tres gatitos: Rin rin, Mili y Susa.

Cuando están asustados van a por su madre y cuando no les gusta una cosa protestan con maullidos. Mili es la única que no dice ni miau, solo cuando Rin rin le muerde la oreja y Susa juega con su cola. Tampoco le gusta cuando Rin rin y Susa se van a jugar sin ella.

Milka habla con Rin rin y Susa para que jueguen con Mili.

Mili disfruta jugando con Rin rin y Susa.

Una tarde, sin saber por qué, Mili empezó a morderse las uñas.

No te muerdas las uñas Mili. Los gatos necesitamos tener las uñas afiladas.

¡ Esas uñas no valen para nada!

Jajajajaja

Mili no le hace caso a su madre y sigue mordiéndose las uñas porque así se tranquiliza.

Mili se ha acostumbrado a morderse las uñas.

Milka advierte a Rin rin, Mili y Susa de que tengan cuidado porque hay perros que persiguen a los gatos.

¡Tened cuidado!

A Mili le gusta explorar, ve a un saltamontes e intenta cazarlo, lo consigue cazar y se lo come.

Mili sin darse cuenta, llega a un cortijo, en el que vive Nou, un perro grande que no es malo y le divierte perseguir a los gatos. Mili ve a Nou y se esconde detrás de un árbol. Nou la ve y Mili intenta trepar el árbol y se cae.

Jajajaja. ¡Tienes suerte de que no sea enemigo de los gatos porque ahora podría comerte!

Mili tiene miedo de Nou e intenta asustarlo.

No me das miedo porque no tienes uñas para arañarme.

¿podemos ser amigos?

bufff

Nou y Mili se hicieron amigos. Nou defiende a Mili de otros perros.

¡Guau! ¡Guau!

Sin uñas largas no eres una gata como las demás. En lugar de morderte las uñas, chúpate el pulgar. Aunque mejor no porque se te deformaría el pulgar.

Nou quiere ayudar a su amiga pero no sabe cómo.

Una vocecita le dice, yo tengo la solución.

¿ Y tú quien eres?

Soy una pulga de perro

¿Y tú que sabes? Sino haces nada más que picar

Pues por eso. Saltaré al pelo de Mili y cuando se vaya a comer las uñas, le picaré.

Buena idea pulguita, encantado de que te vayas con Mili. No hace falta que vuelvas ya. Estoy cansado de rascar.

Me voy a buscar un sitio cómodo detrás de la oreja. Voy a saltar. Un, dos, tres... ¡plaf!

¡Eh! Esto no vale. Me estás picando y ahora no me muerdo las uñas