para Federico Ignacio Viola

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Hace mucho tiempo, un monstruo marino gigante conocido como Meester Stoor Worm surgió del mar. Se dijo que el cuerpo de Stoor Worm se extendía al otro lado del mundo. Que su único ojo era rojo como el fuego. Que su aliento era veneno para todos los seres vivos.

Cada día se acercaba más a Escocia.

El rey de Escocia pidió ayuda al hechicero. "Debes entregar a tu única hija, la princesa Gemlovely, al gusano Stoor", dijo el hechicero. “Solo entonces se irá”.

El rey palideció. La princesa Gemlovely era amable, gentil y amada por todos. "¿Es esa la única forma de salvar a mi gente?" preguntó el rey.

"Es la única manera", dijo el hechicero.

El rey sabía que el hechicero hablaba en serio. Pero aún no estaba listo para rendirse.

El rey envió un mensaje a toda Escocia: el hombre que pueda matar al Meester Stoor Worm obtendrá la mitad del reino y la princesa Gemlovely como su esposa. El rey estaba emocionado cuando treinta y seis hombres se adelantaron.

Pero tan pronto como vieron al monstruo, todos huyeron. El rey estaba triste.
Sabía que la princesa tenía que ser ofrecida al Stoor Worm.
Hubo un gran dolor en toda la tierra.

El día antes de que la princesa fuera ofrecida al monstruo, un granjero fue a la orilla del mar. Su nombre era Federico.

Toda su vida Federico quiso ser un gran héroe.

Estaba decidido a derrotar al gusano Stoor y salvar a la princesa Gemlovely.

Federico pidió prestado un bote pequeño. Cargó un balde de carbones encendidos en él y remó hacia el Stoor Worm.

Al amanecer, el monstruo se despertó. Lentamente abrió sus mandíbulas gigantes en un bostezo. Un gran torrente de agua se precipitó hacia su boca abierta. El barco y Federico fueron arrastrados. Federico fue llevado por la garganta del Stoor Worm.