Había una vez una gatita muy cariñosa y juguetona, blanca como la lana, diminuta como una hormiga y su nombre era Sandy.

Un dia la pequeña gatita estaba jugando en la sala con su lana y de un salto, rompió un jarrón que era muy importante para su amo Don Juan.

Al escuchar el ruido del jarrón la regaño a la gatita y la pequeña se puso muy triste tanto así que maulló toda la noche. 

Al paso de una semana Don Juan tuvo que salir de casa a hacer compras , pero la gatita se olvidó de lo acordado y se puso a jugar con su lana y salió a la calle.

La pequeña gatita sin querer salió con su lana jugando, cuando se dio cuenta no sabia donde estaba.

Se había perdido!!!!

Sin imaginar que por aquel lugar pasaría una niña la cual dijo: ¡Que hermosa gatita! me la llevaré a casa y jugaré con ella.

Inmediatamente la niña la tomó consigo a la gatita y ahí estuvo por algunos días.

Cuando Don Juan llego a casa y dijo: Sandy ya llegue, pero como Sandy no salía, la empezó a buscar rápidamente por toda la casa.

Desesperado!!!! 

Al no encontrarla Don Juan se puso muy triste tanto así que empezó a llorar. Pasaron las horas y cuando vio que Sandy no volvía a casa, fue a buscarla. Rápidamente !!!

A  la mañana siguiente empezó a repartir afiches y la madre de la niña se dio cuenta que la gatita que se había encontrada su pequeña hija tenia dueño.