Era una tarde con cara de lluvia.

Yo estaba muy emocionada, fui  con un amigo del jardín llamado Frank. ¡ESTAMOS EN EL SALITRE MÁGICO!

Estaba muy feliz cuando vi a Frank porque no lo veía desde hace mucho tiempo. Pagamos las entradas  e ingresamos al parque, no sabíamos a donde  montarnos primero. Solo dejamos que el camino nos llevará.

Decidimos montarnos a una montaña rusa para pequeños, un avioncito que daba vueltas, obviamente los carritos chocones grandes y pequeños, y muchas cosas más.

    Ya nos habíamos montado en todo, pero solo faltaba una cosa… ¡La rueda de la fortuna!  

    Entonces discutí:-¡No! ¡Me niego a montarme en la rueda de la fortuna!-

    Frank insistió: -¡Ahí vamos, es muy chevere!- 

Segui peleando: -¡No! ¡Tu sabes que me da miedo!-

    A Frank no le importó lo que dije, solo me cogió y me llevó a la fila. 

Yo grite- ¡TE DIJE QUE NO QUERÍA!-

    Frank me respondió: - ¡Vamos, te vas a arrepentir de lo que dijiste cuando este arriba! 

Entonces le dije: -Bueno, pero si no me gusta me debes un dulce- 

Frank respondió emocionado: -¡Listo!- 

Mi mamá preguntó: -¿Entonces, ya no están peleando más? !¿Vamos?! 

Los dos respondimos: - ¡SI! -

    Entonces seguimos haciendo la fila. Ya casi nos montamos… ¡Mis manos estaban sudando!