Para: Cody, Luna, y gatitas, con much amor
Fue una tarde oscura cuando una suave brisa susurró un mensaje a Candy y Cupcake. Era un recordatorio de su querida Abuela Bigotes, que había dejado huellas en sus corazones. Recientemente, Abuela Bigotes había muerto. Cuando alguien muere, su cuerpo deja de funcionar. Es como cuando un juguete o una planta se vuelven demasiado viejos o se rompen y no se pueden arreglar. Cuando esto le sucede a una persona o a un animal, decimos que ha muerto. Esto significa que ya no podrán hablar, comer, ni jugar. Ya no sienten dolor ni sienten nada. Con el corazón pesado, Candy y Cupcake se propusieron explorar el mundo del duelo.
En un prado lleno de flores silvestres, conocieron a Saltarin, un viejo y sabio conejo. Saltarin dijo: "Cuando alguien a quien amas muere, puedes sentirte asustado, enojado, triste o una mezcla de emociones. A esto se le llama duelo. El duelo puede ser como una ola del océano, va y viene. A veces puede sentirse como una suave ola marea, mientras que otras veces una corriente furiosa." Saltarin les enseñó que recordar a Abuela Bigotes era una forma de honrar su memoria y mantener vivo su espíritu en sus corazones. Juntos, recogieron flores silvestres y compartieron historias de sus preciados recuerdos.
La Cascada de las Lágrimas
Candy y Cupcake caminaron sobre una cascada reluciente. Una cariñosa cisne llamada Sofia los guió gentilmente, mostrándoles que expresar su tristeza era una parte natural de la curación. Sofia dijo: "Cada persona sufre su duelo de manera diferente, ustedes deben superar su dolor, ya que no se puede evitar. También está bien pedir ayuda. El apoyo de familiares y amigos puede ayudarles a sentirse menos solas. Se necesita tiempo para superarlo y está bien hablar de sus sentimientos." Las lágrimas de Candy y Cupcake fluían libremente mientras la cascada se llevo sus penas, dejando espacio para la paz.
El Arbol de Consuelo
En lo alto, encontraron un árbol robusto adornado con globos de varios colores. Cerca de este árbol, se encontraron con una compasiva cierva llamada Margarita. Les recordó a Candy y Cupcake que deben apoyarse mutuamente con amor y amabilidad. Juntas, escribieron notas de mensajes consolativos para la Abuela Bigotes. Todas juntas colocaron los mensajes en los globos. Luego, Candy y Cupcake cantaron una hermosa canción de cuna que la Abuela Bigotes les cantaba cuando eran gatitas.
La Noche Estrellada
Bajo un cielo lleno de estrellas iluminosas, Candy y Cupcake se sentaron en tranquila reflexión. Las estrellas les recordaron que aunque la Abuela Bigotes se había ido, su amor siempre brillaría en sus corazones. Poco después, Candy y Cupcake regresaron a casa. Saben que el duelo es un viaje y apoyarse mutuamente hace que el camino sea un poco más fácil de recorrer. Cupcake le dijo entre lágrimas a Candy: “Ahora que la Abuela Bigotes se ha ido, tengo miedo de olvidarla con el paso del tiempo. ¡No quiero olvidarla!" Candy respondió a su hermana: “¡No la olvidaremos, era tan meowtástica! …¡Tengo una idea! Podemos montar un altar de memoria para ella en la casa. Tendrá nuestras fotografías favoritas de Abuela Bigotes y otras cosas que fueron especiales para ella. Cuando la extrañemos podemos mirar el altar y tener sus cosas favoritas cerca de nuestro corazón”. Cupcake ronroneó alegremente hacia la idea.
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