Había una vez en la primavera, una hada por el nombre de Shakira introdujo sus estudiantes nuevos a la Escuela Real de Hadas. Shakira era la jefa hada de la escuela, y les ensenaría a ellas como ser hadas.

"Bienvenidos a la Escuela Real de Hadas," dijo Shakira. "Espero que todos ustedes serían exitosos en nuestra escuela. ¡Sean perfectas al instante!"

Las clases en la Escuela Real de Hadas incluían la clase de volar, la clase de magia, y la clase de cultura humana. Después del primer día de clases, Shakira encontró una de sus estudiantes llorando en las escaleras.

"¿Cómo te llamas, chica?" preguntó Shakira.

"Me llamo Gertrude", contestó la chica entre gemidos.

"¿Por qué estás llorando, Gertrude?"

"Tengo miedo que nunca entienda la cultura humana. ¿Qué si nunca puedo ayudar a las chicas pequeñas?

"No te preocupes, Gertrude," aseguró Shakira. "Te voy a contar un cuento especial de mío."

"Había una vez estaba volando por un pueblo, preparándome para el Día de Niños, cuando oí a una chica discutiéndose con su madre..."

"¡No quiero una quinceañera!" gritó la chica.

"¿Pero por qué, Analisa?" preguntó su madre.

"Me gustaría más ir a Disneyland con mis amigas para mi cumpleaños. ¡La quinceañera es tan aburrida!"

"¿Cómo puedes decir algo tan desconsiderada sobre tu cultura? ¡Vaya a tu cuarto!"

"Yo miraba mientras ella se quedó dormido y después, volé a través de su oreja (para controlar sus sueños, por supuesto).

"Y a sus sueños me fue. Decidí llevarla en un viaje para convencerla a tener una quinceañera..."

"Me encontró con Analisa en una fiesta. Era la quinceañera de su amiga Pati.

"¡Hola, Analisa!" dije a mi protegida.

"Hola. ¿Quién eres?"

"Soy la hada de tus sueños. Soy... ¡SHAKIRA! Voy a ayudarte a entender la importancia de tu cultura."

Fuimos al frente de la iglesia donde tenían la misa. Miramos mientras Pati participó en la ceremonia. Ella renovó las promesas de su bautizo y todos se levantaron para darle aplauso.

"Una parte muy importante de la celebración de quince años es la promesa que la chica haga a la Virgen María," comenté a Analisa.

"No sabía que la religión era una parte tan importante a la quinceañera; siempre pensaba que las quinceañeras fueran sobre los regalos," dijo Analisa.

"¿Ahora quieres una quinceañera?" le pregunté.

"No, no estoy convencida que vale la pena."

Luego, fuimos a la recepción, donde había la iluminación de las quince velas. Pati dio una discurso breve a cada dama mientras les daba su candela.

"Me parece que esta parte es muy especial," dijo Analisa.

"Si claro, durante esta parte de la celebración, la chica tiene la oportunidad de agradecer a los que le han ayudado en su viaje a madurez."